1. Ejercicios de Respiración
Se puede observar una mejora inmediata con unos simples ejercicios de respiración. Practicar la respiración «abdominal profunda» todos los días permite a los pulmones absorber el oxígeno que tanto necesitan y ayuda a reducir el dolor y la ansiedad.
2. Administrar el gasto de energía
En la mayoría de los pacientes, los síntomas del covid prolongado aparecen después de cualquier tipo de esfuerzo, por eso se recomienda administrar la actividad diaria. Esta técnica de autocontrol es utilizada a menudo por quienes padecen el síndrome de fatiga crónica, y parte de la base de que las personas tienen una cuota de energía determinada que pueden gastar cada día. Cada paciente debe basarse en su propio autoconocimiento y evaluar cuáles son las acciones cotidianas que le demandan menos energía (como bañarse, vestirse, preparar el desayuno) y cuáles requieren más, como caminar distancias largas, lavar el auto o salir a andar en bicicleta.
3. Actividad física gradual
La necesidad de volver a hacer ejercicio a un ritmo muy lento es una característica habitual en los pacientes que sufren esta situación. Esto significa empezar por reiniciar el acondicionamiento aeróbico y hacer ejercicios de fuerza en posición reclinada o sentada, antes de avanzar a movimientos más intensos. También colabora activar el centro del cuerpo, la zona abdominal, realizar ejercicios de equilibrio o hacer entrenamiento de cardio sentado en una bicicleta fija o una máquina de remo.