Cómo desarrollar un proceso de histaminosis crónica

Generic selectors
Exact matches only
Search in title
Search in content
Post Type Selectors

La histamina es una sustancia que regula muchas funciones fisiológicas dentro de nuestro organismo. Prácticamente, todos los órganos y tejidos de nuestro cuerpo presentan receptores para la histamina. Es un potente mediador del sistema inmunológico, interviniendo en una gran variedad de reacciones cuando éste se activa. También juega un papel importante como neuromodulador del sistema nervioso central.

Las células que contienen histamina son fundamentalmente los mastocitos y los basófilos, y en menor cantidad se encuentra también en las neuronas y en las células del tejido vascular.

Dentro de las principales funciones en las que interviene esta molécula:

  • Regular la temperatura corporal, la ingesta de alimentos, el manejo de líquidos o el ciclo del sueño.
  • Interviene a nivel cardiovascular regulando la tensión arterial.
  • Provoca regulación de hormonas tan importantes como la hormona del tiroides, la hormona del crecimiento y está implicada en el aparato reproductor regulando las hormonas del ciclo menstrual.
  • En el sistema nervioso central regula el aprendizaje y la memoria, y también interviene en la modulación de funciones emocionales como la depresión, tristeza y ansiedad.

Cuando una persona presenta una desregulación de la histamina y tiene un acúmulo de esta sustancia (lo que se denomina histaminosis crónica) puede presentar una gran variedad de síntomas como dolores de cabeza, dolores musculares o articulares, cansancio o intolerancia a los esfuerzos, trastornos de la memoria o del sueño, hinchazón y dificultad para perder peso, alteración del termostato, mareos, síntomas digestivos que van desde la diarrea al estreñimiento, el acúmulo de gas, las molestias y dolores abdominales…

Muchos pacientes pueden desarrollar una histaminosis porque presentan algún problema alérgico o de sensibilidad alimentaria. En estos pacientes, ese estímulo (el alimento), que no es bien tolerado por el sistema inmunológico, es el responsable de la liberación de la histamina por parte de estas células inmunológicas y de su posterior acumulación y desarrollo de la sintomatología.

En otros pacientes que no tienen este tipo de alergias o sensibilidad pueden también desarrollar un proceso de histaminosis en el contexto de otro tipo de estímulos, por ejemplo el estrés. Éste es un estímulo inespecífico y cuando se mantiene en el tiempo provocando un nivel de ansiedad, provocaría una liberación inespecífica de histamina por parte de estas células inmunológicas que la contienen. Si ese estímulo es mantenido a lo largo del tiempo y se cronifica, esa liberación de histamina puede ser suficiente para provocar una histaminosis y desarrollar los síntomas descritos anteriormente.

Por tanto, no todos los pacientes que tienen problemas con la histamina se deben a causas alimentarias, a déficit en su degradación o problemas de alergias de otro tipo, sino que hay pacientes que van a tener este tipo de problemas por estar en una situación de estrés cronificado en el tiempo. De ahí la importancia que intentemos evitar en la medida de lo posible el estrés y sus consecuencias.

¿Te ha gustado el artículo? ¡Compártelo!

PEDIR CITA

Rellene el formulario y le contactaremos lo antes posible

SOLICITE SU FACTURA

Departamento de administración