Hasta 40% de los pacientes con COVID-19 persistente manifiesta trastornos moderados o graves del sueño, incluyendo insomnio, según un análisis de 962 pacientes atendidos en un centro especializado y presentado en SLEEP 2022, el encuentro anual de Associated Professional Sleep Societies, en Charlotte, Estados Unidos.
La elevada prevalencia es «alarmante» y por razones que se ignoran, es tres veces más frecuente en personas de raza negra, dijo una de las investigadoras, Dra. Cinthya Pena Orbea, de la Cleveland Clinic, en Cleveland, Estados Unidos, quien añadió que tanto los problemas de sueño como la fatiga tienden a mejorar en seis a ocho meses. «Sabemos que las personas que tuvieron COVID-19 presentan más problemas para dormir después, tanto por preocupaciones, miedos, aislamiento y estrés como por el impacto real de la infección sobre la calidad del sueño», consideró la Dra. Ruth Benca, Ph. D., integrante de la iniciativa Alliance for Sleep y profesora de Wake Forest University School of Medicine, en Winston-Salem, Estados Unidos.